miércoles, mayo 03, 2006
Luz
Una figura aparece y desaparece de las sombras. Alguien lo llama, lo busca desesperadamente para atarlo a la luz. Atarlo, amordazarlo a la claridad más absoluta, a la realidad más cruelmente iluminada. Alguien trata de matarlo a plena luz del día, ese día, sacarlo de refugio oscuro, su abismo, y matarlo. Con las últimas luces de la noche, la mañana comienza a abrirse paso, y él sabe (porque aunque lo niegue, sabe) que el despertar es el cuchillo más filoso de los sueños.
Prometo no colgar tanto esto, vasos y besos.
Prometo no colgar tanto esto, vasos y besos.