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miércoles, octubre 29, 2003

RESEÑA DE UN VIAJE (BREVE O NO) EN COLECTIVO...

A veces uno va tan concentrado que no nota lo que hay en el tedioso medio de transporte, pero hay detallitos que no se pueden dejar pasar...

· Cuando el colectivo está vacío, saliendo de la terminal todos (y enfatizo TODOS) tienden a una inercia que los lleva a los asientos individuales; cuando estos están ocupados, el destino es algún asiento que de a la ventana...
· Otro gran tema el que los asientos individuales estén ocupados: en los asientos dobles, los hombres tienden a esquivar sentarse con hombres –incluso hay veces que prefieren quedarse parados aunque toda la fila este libre-, y si se sientan al lado de ellos puede ser por dos razones: o se conocen (el típico dúo dinámico de amiguetes o los compañeritos nuevos que se cuentan sus andanzas) o es un viejito inofensivo que no afectará su hombría...El tema con las mujeres suele ser inverso: tienden a sentarse al lado de mujeres más o menos de su edad, para evitar a las viejecitas molestas que siempre tienen algo que contar... y en caso de que el asiento esté ocupado por un hombre, que sea bonito en lo posible, y salga con fritas por favor...
· Factor crucial: los enoooooooooooooormes bolsos. No sé si es a propósito, pero cuando uno tiene que bajar unas paradas antes, se aparece un señor/ a , joven o no, que posee un bolso (gimnasio, trabajo, herramientas, maquetas en el caso de los estudiantes de diseño gráfico que despegan de Ciudad Universitaria) que dificulta la salida del que tiene una mísera mochilita rotosa que ocupa poco espacio... Y guarda si accidentalmente los chocamos o les pisamos algo, eh!
· Las indeseables monedas falsas que, en vez de cambiarlas, insisten en meterlas una y otra y otra vez....
· Factor crucial 2: el colectivero atrasado, que te apura a subir y cierra la puerta aunque te arranque un brazo... y ni siquiera es capaz de pedir disculpas, muy por el contrario, te sigue diciendo: “vamo´, vamo´, arriba que nos vamo´...”.
· Pasajeros parados: maldita inercia que los hamaca de un lado a otro, y en caso de estar cerca del pasillo, uno tiene que soportar sus constantes roces de rodillas, muslos, y más arriba, en el brazo, hombro... (a veces no sé si es inercia, o excusa de inercia...)
· Pasajeros parados 2: la pobre gente de baja altura (entre los cuales me incluyo, snif snif) que o no tiene palo –que fea expresión...- de dónde agarrar, y queda embutida entre los otros parados, o bien trata de manotear los cositos que están en las cabeceras de los asientos (cosa que acarrea puteadas varias si por accidente –o no tanto- se llegan a enganchar los pelos de la persona sentado en la mano de uno).
· Pasajeros parados 3: nuevamente la pobre gente de baja altura que, en caso de haber encontrado algo (y cuando digo “algo” puede ser cualquier cosa) de dónde agarrarse debe soportar que el aire que respira no es el mismo de arriba...es más bien el bao que emana de los cuerpos de los altos que se logran enganchar del caño del techo (por qué mierda lo habrán puesto tan alto, eh?).Y te la regalo si el alto/ a acabó de salir del gimnasio, de algún trabajo que lo haya hecho transpirar o esos insoportables perfumes florales-fuertísimos-penetrantes, puestos en cantidad obviamente generosas, no vaya a ser que uno se quede con ganas de olerlos...=S.
· El camino por el cual uno circulo siempre es el más congestionado. Ley de Murphy, por favor.
· Factor crucial 3: los colectivos larga distancia que pasan por al lado de nuestro adorable bondi, con destinos turísticos, que nos hacen pensar, “por qué yo acá rumbo a ___________ (destino a completar) y ellos en esas cómodas butacas, con tele, catering, dormidos profundamente, sin preocupaciones, en un viaje de largas horas que los va a llevar al paraíso que eligieron –aunque sea sólo por un par de días-, mientras yo me estoy cagando de aburriemiento, escuchando a medias esta radio de mierda, aturdida por las conversaciones ajenas...” Envidia? No...jamás.(´ta madre...)
Viajar con compañía suele hacer más ameno el viaje, pero igual, siempre, o casi siempre, algo que no deseamos pasa, aunque sea a nuestro alrededor. Por eso quiero un auto. Ay, no ahora hay control policial (¿?) seguro, que si lo tengo me paran...
Bueno, espero que al menos hoy por lo menos no tenga que viajar parada...




miércoles, octubre 22, 2003

Hoy.
No sé, quizás, hoy me equivoque.
También puede ser que un infinito diferente
dibuje entre las nubes la hostilidad temprana
del inminente mañana que presiona como estaca
las noches que el viento arranca de algún paisaje demente.
Quizás hoy no pueda verte y agonice con tenerte,
entre sábanas de seda de la muerte,
entre vivas pasiones emergentes.
No sé, pero hoy te encuentro tan cercanamente lejos,
que es imposible imaginar una distancia
que en ordenadas ilusiones se asemeje
a la humedad de tus besos cual bosquejo
de aquellas frases disueltas en palabras,
que por sinceras que sean, son macabras.
Hoy.
No sé, quizás, hoy esté en lo cierto.
También puede ser que un reloj entorpecido,
escriba en el desierto dolorosa travesía,
marcada por muchos huesos de tristeza encadenada
a aquellos atardeceres de nostalgia enamorada.
Y quizás hoy no halle un futuro incierto,
entre tantos laberintos sin salida,
en una tierra en medio de dos infiernos,
entre contradicción de risas y lamentos.
No sé, pero hoy me siento tan llenamente vacía,
que es imposible imaginar alguna arista,
que me pueda penetrar sin que desista,
sobre traición de exactitud desconocida,
bajo mentiras moribundas sin sentido,
ante gemidos que aceleran mis latidos.
No sé, hoy debo estar tan desubicada,
que tal vez estuve aquí toda la vida.
Quizás, hoy sea simplemente,
un ayer más de los futuros mañanas,
que en un sueño eterno se quedara,
con la vaguedad de un horizonte distinto.
Pero, quedándome con el cruel instinto
que se hace guía de mi brutalidad,
puedo decir que Hoy me hallo en el camino;
de rumbo errante, pues eso es un destino.


Tengo una bronca tremenda. Después de haber empezado el CBC para Medicina, recién ahora, a pesar de que busqué todas las alternativas posibles, recién ahora, me enteré que en la Universidad de Quilmes, figura directamente la carrera de Ingeniería Genética, lo que yo quería. Ya estoy en la UBA, y sinceramente, no sé qué hacer...Si sigo con esto, pierdo el tiempo que podría emplear para la carrera directa, pero Medicina también me gusta...y si siguen con la burocracia de los filtros que conforman el CBC, voy a terminar hartándome. No sé qué hacer...


domingo, octubre 19, 2003

Nunca pensé que se me hiciera tan vital saborear la saliva ajena. Tengo muchísimas ganas de verlo. Hoy pensé mucho en él, tal vez demasiado, quizá lo necesario. Me acuerdo que las dos últimas veces que vino, accedí al sexo anal. Después de un año y medio de estar con él, de querer pero de tener miedito (a esto si le tenía algo de miedito), le dije que sí. Bah, en realidad hice lo de siempre: decirle que no, seguido de un sugerente “obligame”. Sólo que esta vez, en lugar de mirarme y volver a preguntarme y quedarse con la penetración vaginal, ese día me dijo “bueno” y me dio vuelta en la cama y me dio sexo anal. Quería que me obligue, lo dejé hacerlo, y disfruté que lo haya hecho.
Yo estaba ahora de espaldas en la cama, y rogaba que no lo hiciera, dado que, en intentos anteriores, me había dolido mucho. Se apoyó sobre mí, y sus palabras para tranquilizarme lograban poco efecto, me decía “dale”, y sólo atiné a pedirle que lo hiciera despacio. Cuando entró, sentí un dolor impresionante que se alternaba con mi pedido de suavidad y sus jadeos. Sentir se respiración en mis oídos, sus brazos envolviéndome para que no tratará de escapar, lograron hacerme alcanzar placer. Yo había acabado anteriormente por lo que la zona estaba debidamente lubricada, y la intensidad del dolor disminuía lentamente. Ya solamente sentía su agitación, mis propios jadeos siguiendo su compás, y su miembro entrando y saliendo. Estuvimos un largo rato así, hasta que finalmente acabó dentro de mí. Y esa sensación del fluido caliente, viscoso, distribuido generosamente, fue única. A pesar del dolor, alcancé el orgasmo, y la certeza de haber sido obligada tan bien, tan dulcemente, me hizo sentir estupenda. Le di todo lo que tenía para dar; espero sepa valorarlo.
Cuando una vez le comenté a una ex-compañera lo que había pasado el día que lo conocí, me dijo que actué como una puta, sólo porque seguí mis instintos. Y estoy segura de que si ella leyera esto, me lo volvería a decir. Yo me sentí bien por todas las cosas que hice y hago con él. Y para todo aquel al que le quede duda, no me queda más remedio que decirle que sí, que soy su puta, pero la más feliz del mundo en serlo.


jueves, octubre 16, 2003

Parece que las ruedas del colectivo se pegan al asfalto. No sé si el rápido va más lento que de costumbre, o si los edificios se deforman y derriten a mi alrededor. El sol que entra por la ventana pega fuerte en mi ropa negra, y siento el calor humano que emana de los cuerpos más fuerte que el sol aún. Cada parada recluta más zombis cargados de libros, más caras deformes de desgano con ganas de tirarse en cualquier sitio que no tenga piso de cemento. Tropieza un chico al subir el escalón en la última parada antes de llegar a la facultad. Hubiera preferido que se caiga: su falsa caballerosidad para mirarle el culo a la chica que estaba en pollera le valió el tropiezo; al menos si se caía, habría lograda una mejor visión. Cada vez estoy más cerca, y no veo nada que me entretenga: todavía están los mismos carteles al costado de la ruta, y todavía debo soportar la foto de la insípida Deborah de Corral (“don´t look” escrito en el medio de su pecho, que creativo...). Llegada a destino, el aire caliente del colectivo se disipa. El viento de afuera me hace detestar tener flequillo. Y todos con remeras floreadas de colores llamativos, como si estuvieran en Cancún (una chica llama poderosamente mi atención: pescador color coral, remera turquesa, saquito verde –será daltónica?). Hace calor, pero no es para tanto. O quizás yo tengo el alma un poco fría. Todo porque alguien me puso de mal humor...


miércoles, octubre 15, 2003

Se agradecerán los comentarios al post anterior.


Respondiendo a los comentarios que me dejaron en el tag (que agradezco), aclaro que por el momento soy heterosexual, pero no descarto ninguna posibilidad.
Los seres humanos no definen su sexo jamás completamente en su vida. La posibilidad de la ambigüedad sexual, o bisexualidad está siempre latente. Todos tenemos un costado homosexual, y claro que yo no escapo a la regla.
Por el momento mi experiencia se ha dado únicamente con hombres, pero que se yo, hay veces en las que pica fuete el bichito de probar con alguien que sea morfológicamente igual a mí. Porque si bien, me atrae ampliamente la anatomía masculina, la femenina tiene zonas profundas y merecedoras de placer, y quién más que otra mujer para explotarlas al máximo.
Comprobé que el hombre tiene zonas erógenas visibles y no visibles, y que , a veces, las palabras son estímulo directo , y la conjunción de caricias varias provoca efectos sorprendentes. Y me remito a la posibilidad de ambigüedad ,para decir libremente que sería bueno probar , ver que se siente , ser yo la que lame el clítoris en lugar de disfrutar de que éste sea lamido; lo mismo me pasa con el pecho. Tengo una delantera generosa, y los pezones no reaccionan de igual forma en el hombre que en la mujer. Y lo mismo ha de pasar con los besos, dado que tanto hombres como mujeres tenemos diferentes formas de besar, meter lengua, y dejar rastro en la boca ajena. Mi “costado lésbico” como alguien dijo por ahí, aún no lo he explorado. Pero me parece una alternativa interesante hacerlo.
La masturbación es otra forma de conocerse a sí mismo, y ya he destacado –si mal no recuerdo- la satisfacción que provoca hacerlo. Rápido , efectivo y sin compromisos. Una sabe dónde y cómo toca , cuánto y de qué manera hacerlo. El pasadizo vaginal es un amplio espectro digno de toda revisión. Y nadie mejor que otra mujer para dar placer a algo que se supone debe conocer bastamente. Y nadie mejor que un hombre para cometer errores y ser corregido hasta que haga estallar un orgasmo. Sinceramente, suena interesante.
Me gusta recorrerme, me gusta que me recorran, y quien mejor lo haga, será quien decida hacia cual de los dos ramales sexuales me inclinaré más... Por el momento la excitación que yo misma me provoqué en alguna masturbación, y la excitación y el placer que me dio él, son las alternativas que tengo para afirmar , como dije arriba, que soy heterosexual. Pero si hay voluntarios que quieran contar /comentar /proponer / o debatir sobre la inclinación sexual –mía o ajena-, bienvenidos sean...


El otro día leí en Clarín del 5/10 ( tengo la mala costumbre de leer diarios atrasados) un artículo que trataba sobre los adictos al sexo. No desconozco que a veces el sexo, mejor dicho la necesidad de sexo de manera compulsiva y desenfrenada puede desencadenar en una enfermedad pero el artículo me pareció no sólo una nota de relleno, si no también con “comentarios reales” que no estaban bien encarados ni redactados. Pero lo peor fue, a mi ver, el recuadro del teste que aquí adjunto:

1 ¿Guarda secretos sobre sus actividades sexuales? ¿Mantiene una doble vida?
2 ¿Sus necesidades lo llevaron a tener sexo en sitios o en situaciones o con gente con las que no se involucraría?
3 ¿Busca artículos o escenas excitantes en periódicos, revistas u otros medios?
4 ¿Sus fantasías románticas o sexuales le causan problemas en sus relaciones o le impiden enfrentar sus problemas?
5 ¿Quiere alejarse inmediatamente de su pareja después de tener sexo? ¿Siente remordimiento o vergüenza después de un encuentro sexual?
6 ¿Siente vergüenza de su cuerpo o de su sexualidad? ¿Teme no tener sentimientos sexuales o ser asexual?
7 ¿Cada relación tiene los mismos patrones destructivos que terminaron con la última?
8 ¿Sus actividades sexuales necesitan cada vez mayor variedad y frecuencia sólo para sentir los mismos niveles de excitación y alivio?
9 ¿Lo arrestaron o corre peligro de arresto, debido a prácticas de voyeurismo, exhibicionismo, sexo con menores o llamadas telefónicas obscenas?
10 ¿Sus relaciones sexuales contradicen sus creencias?
11 ¿Sus actividades incluyen riesgos, enfermedades, violencia?
12 ¿Su comportamiento sexual lo deja sin esperanza, enajenado o con ganas de suicidarse?

Si hay más de un "sí", se sugiere asistir a una reunión de Adictos Sexuales Anónimos.


Es justamente la sugerencia la que me parece justamente demás. Porque cualquier persona puede llegar (incluso yo) a responder que sí a más de una pregunta y no me parece que por eso padezca de la enfermedad.

NOTA: cuidado señor/a, si usted está leyendo este blog, dado que quien lo escribe no tiene todos sus jugadores, le recomiendo dirigirse a su psiquiatra más cercano, jeje.
Ridículo.


miércoles, octubre 08, 2003

Estoy vestida de silencios incoloros
y sólo logran desnudarme tus palabras.
Y los recuerdos configuran mi presente.
Y sé que pretendo mirarte de nuevo.
Quiero ver si sigue inscripta
la secuencia que mis dedos,
marcaron sobre un segmento
de tu piel acalorada.
Me explicaste el movimiento
de esa aguja temblorosa,
y me viste de vuelta
con tus ecos de madera.
Y permitiste que sienta,
esa agradable dulzura
de ese fuego de cristal
que recorre mis latidos.
Y desperdicié la tarde
sólo para desarmar
cada noche entre mis sueños.
Y descuarticé el reloj
para que puedas dormir
en mis ojos empañados.
Hice el tiempo hacia un costado
para poder recorrerte,
y escribirte nuevamente
con un beso acidulado
mis ganas de retenerte
entre espejos enredados.

-5/8/03-22:46 p.m.-


Dosis diaria de expresión,
encubierta de razón.
Abrasiva dimensión
que no me deja escapar
de los sueños entreabiertos.
Bienvenida al despertar,
simbolizo una abstracción
del registro singular
que marcaste por mis rutas.
Incesante sensación
de vacío elemental,
que subyace en mis latidos.
Un abismo pendular,
diagnostica ese fervor
con que extraño la acidez
de los besos que no vuelven.
Y aún así no estas aquí.
descubriendo mis bosquejos.
Aleatoria obscenidad
frecuentada sin pensar,
sobre el humo que destilo.
Exploración ancestral
que convive entre papeles
de sangres tintas de tiempo.
Y algún juego que perdí,
y gané para olvidar,
una atmósfera pasada
de noche dentro del cuerpo.

Ayer tenía esperanzas de verlo. Pero no pudo venir, y me quedé solita y pensativa el resto del día. La verdad a veces me da miedo que pasar tanto tiempo sin verlo, nos separe. De ningún modo quiero eso.
Pensaba de todo un poco, realmente extraño sus besos. Ese sabor es único; realmente quería verlo, probarlo, besarlo, amarlo. Las estaciones de tren que frecuento me traen recuerdos suyos, cada lugar de mi cama me hace pensar e imaginar diálogos que existen en mi piel, en mis ojos, en mis lágrimas, en mi cuerpo. Maldigo el día que me enamoré así, y a la vez no, porque lo amo.
Es inevitable, el tiempo no nos ayuda. Ambos ocupados, cada uno en sus cosas, pero con un universo ambiguo dentro de mi habitación. Siento que me desvanezco, quiero tocarlo, una vez más. No quiero entender que las cosas, de pronto, por un par de kilómetros que nos separan ,pueden terminar. Y si lees esto, sabés que hablo de vos. Te quiero, y me es desesperante estar así . No soy tan fuerte como aparento. Y tampoco deseo serlo.



miércoles, octubre 01, 2003

Supernova

Sospeché de mi propio simulacro,
y sin testigos me dejé caer.
Esperaba que el minuto
de la fatal explosión,
se encontrara en algún punto
más alejado de vos.
Pero todos los siniestros
avatares del destino,
me dejaron desarmada,
sin reservas de anestesia.
Sentí el veneno atomizando mi retina;
fue sólo un sueño despertarme al lado tuyo.
Y me abrazo lagrimeando con la luna,
a ésta estrella tan hermosa y tan letal.
Por brillante que se vea,
ya se encuentra agonizando;
por brillante que me vea
sigo siendo vulnerable a tu adicción.

Me estremezco ante tu senda,
extremista supernova.

Pasajera al infinito
paralelo al horizonte,
voy escapando de soles,
que ya no puedo esconder.
Adherentes cicatrices
matizando las paredes.
Y tu esfera rectilínea
de deseo espiralado,
impreciso y azulado
lejos de la eternidad.

Alternancia misteriosa
de conversiones ajenas.
Halos llenos de destreza
de un espejo embriagador.
Por más brillante que sea
la explosión es inminente;
y todo lo que he logrado
junto a él se esfumará.
Me encegueces tiernamente,
me calcinas entre historias.
Me sumerges y aún te adoro.
Muerte lenta, Supernova.


-1/10/03- 1:17 pm-


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