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viernes, abril 29, 2005

Necesito LETRAS, se acepta donación de ojos, denme tiempo... 

Hace mucho no posteo y eso no me gusta… pero no pude hacerme tiempo, por lo cual estuve leyendo post de varios días atrás de casi todos los links, mis disculpas por no haber podido comentar posts que me encantaron. Como sabrán o se imaginarán, empecé a recursar 1º año de Medicina, y tengo mucho que leer, pero lo que se precipita como problema, es que tengo mucho que escribir. Lo malo de esto es la falta de tiempo, pero sobre todo el escape de buenas ideas, el hecho de agarrar la lapicera y tener un papel delante y no saber como plasmar lo que dio vueltas en mi cabeza mientras miraba por el microscopio, o leía anatomía topográfica de miembro superior. A pesar de todo, logré esbozar un par de cosas, que iré posteando, y que hoy no posteo porque quiero revisar tranquila y mirando con cariño (o no) ciertas cosas. Pero, como ante el teclado no me puedo resistir y los dedos se mueven solos, no puedo evitar sentir ganas de escribir un par de incoherencias (o no tanto, bueno sí), soltar letras y palabras, que corran libres por la página en blanco de Word, y quizás, lograr destrabar un poco mi cerebro que, entre leer mis cosas a estudiar, estudiar, ayudar y/o explicar temas a amigas/os que no yo no tuve o ya ni tengo ganas de recordar, explicarle matemática a pendejitos de 10 años que estudian en 6º lo que yo vi en 4º grado, trabajar en el kiosco y pensar en mis problemas familiares, pobrecito, mi cerebro, esta como AGOTADO. En fin, a moverse dedos que no tengo mucho tiempo…

El Reino Perdido
Hablemos de un reino que no exista pero que exista cuando no hay nada inexistente detrás de los ojos de dos desconocidos caídos en un instante el uno sobre el otro. Seguramente estaba desnuda en alguna flor, esa princesa desangrante de venenos oxidados en sueños exquisitos, seguramente él la había soñado e idealizado entre haces de luz blanca, iridiscencias y claveles. Casi seguro el sueño fue olvidado por el tiempo, el verdugo olvido irrumpió tras el cristal y corrompió la flor, el veneno, el dulce, la miel, la palabra, la vida, la princesa. Entonces volvemos al mismo principio, al mismo final, al nudo en la garganta estrangulada, a la historia mil veces no contada del príncipe o la princesa que consume el óxido del olvido y se convierte en renacuajo. La princesa entonces se viste de negro y deambula por las calles sueltas en la ciudad sin límites de los ojos espías del hombre común. Se desnuda suavemente un pedazo de pelo, se ata las manos al silencio eterno, se pierde entre la niebla y regresa a sus sueños. Donde seguramente estaba vestido dentro de alguna fiera, ese príncipe de metal, de azúcar azulada, de sudor elíxir, de flor muerta en espera de semillas transparentes, ese príncipe en carne viva, soñado e idealizado entre tierra y agua, entre luces opacas de mentiras relucientes.
Caminaban entonces dos seres (humanos) ensimismados de olvido, tierra, azúcar, mieles y palabras. Se cruzaron en un punto paralelo e intangible, se miraron, se olfatearon, se sintieron. La mujer, princesa envuelta en capullos de rosas negras, el hombre desnudo de pieles de animales feroces. Indefensos. Sombríos. Mudos. Quietos, inevitable y desastrosamente quietos, cada uno en su recta paralela, cada uno en su metamorfosis, en su cápsula hermética de princesa y príncipe. Cada uno delatándose a sí mismo. Cada uno observando la atmósfera vacía al darse cuenta, renacuajos del aire, que no hay reinos perdidos en el sol. Las lenguas de fuego traspasaron la barrera del linaje, las manchas reaparecieron en la piel, y cada uno, príncipa y princeso, se revolcó en su propia almohada de agujas de polvo.


martes, abril 05, 2005

Rejunte 

Blogger días anteriores no me dejó postear, no noté que a alguien más le haya pasado, así que supongo que le cayó mal algo que puse, y se vengó… Je, en fin, no hay mucho que decir, o quizás sea demasiado y por eso me esté costando tanto escribir. No me conforma nada de lo que escribo, y dependiendo de dónde lo escriba, termina siendo un bollo en la basura. Pero no puedo (ni debo!) hacer eso con el cuaderno, así que hete aquí una de las tantas cosas que me ha salido, y que me deja en la boca un saborcito medio amargo de inconformidad.

Un silencio intrascendente
escondido en mi cuello,
aleja tu boca,
aferra tu mano,
ahoga mi voz,
lamenta tu ausencia.
Supongo estaba abierta
alguna herida en mi pelo,
cuando traté de decirte
los infiernos, los cielos
(casi me escuchas),
las lágrimas violetas.
Una vela dormida
detrás de los ojos
incendió la flor
(y tuve la culpa
por no querer quemarla,
por callar a destiempo la palabra injusta).
Tu cama argumentaba
mis mismas razones.
Mis oídos sordos, tus ojos ciegos.
Pero ahora sólo me quedan
los besos de mis manos.

En fin… los comentarios son para que me avisen cuando arranco la hoja y la convierto en avioncito… (Aunque la última frase la adoro, así que tal vez no la descarte…)

Pero esto, me encantó :p :

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Vasos y Besos. ( Y pasen por lo de La Daga, que anda más inspirada)


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